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Una nueva vida
Había una vez
una familía que era muy rica, pero que vivían en un pueblo pobre.
La madre se
llamaba Susan, era rubia y alta, con el pelo liso y largo de cara redonda y con
unos ajos azules.
El padre que se
llamaba Pedro era un señor alto, musculoso, con el pelo castaño, era un hombre
bien hecho.
Susan y Pedro
tenían un hijo. Era el único hijo de la familia y sus padres hacían todo lo que
podían para que él tuviera de todo y principalmente para que fuera feliz.
El niño se
llamaba Carlos y era un buen chico, nunca hacía cosas malas, ayudaba a sus
padres con todo lo que podía, pero los años pasaban y Carlos se iba haciendo malo. Con
todos se llevaba mal, no escuchaba los consejos de sus padres, así pues los
padres decían una cosa y él hacía otra, y todo era por culpa de una chica de la
cual se había enamorado. La chica siempre le decía lo que tenía que hacer pero
ella no lo amaba de verdad solo se
aprovechaba de él, porque él era rico y tenía mucho dinero.
Los años aún iban pasando y el Carlos se iba haciendo mayor y seguía
peor. Empezó con las drogas, a beber alcohol y a fumar.
Sus padres no sabían nada de esas
tonterías que su hijo iba haciéndoles, hasta que un día el padre de Carlos
decidió seguirlo. Iba detrás sin que
Carlos se diese cuenta. El padre se quedó boquiabierta cuando vio todas las
tonterías que su hijo iba haciendo y corrió hacia a casa para explicarle todo
lo que había visto a su mujer, los dos decidieron que su hijo tenía que ir a
una escuela de buenas maneras para que aprenda a ser el niño de antes.
Y así fue, a los dieciséis años salió de su pueblo, creyéndose el centro del mundo,
pero no era así.
Después de 3 años Carlos volvió
al pueblo como si fuera otra persona, se llevaba muy bien con todos, ayudaba a
todos y era el chico perfecto como antes, su familia estaba muy contenta al
verlo de nuevo.
Ionela L. Patruta
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