dimarts, 23 d’abril del 2013

4º ESO Concurso literario de Sant Jordi.


EL DINERO, NO LO ES TODO
Laura era una chica muy popular. Todo el mundo la conocía. Lo que Laura desconocía  era que sus amigas iban con ella por interés, porqué era muy rica y también porque su padre era el alcalde del pueblo.
Era bastante guapa, pero todo lo que tenía de guapa lo tenía de tonta y repelente.
Cuando cumplió los dieciséis años, sus padres la enviaron a la ciudad para ser la directora de la empresa de su madre.
Así que hizo las maletas y se despidió de su familia y amigos. A los dieciséis años salió del pueblo, creyéndose el centro del mundo.
Cuando llegó a Barcelona, lo primero que hizo fue buscarse un ático dúplex y a una señora de la limpieza ya que ella nunca había limpiado y no pensarlo hacerlo.
El primer lunes se presentó en la empresa. Los empleados enseguida le explicaron lo que tenía que hacer, le enseñaron toda la empresa, etc. Como a la chica no le gustaba hacer nada, se pasaba las horas haciéndose la manicura,…
Pasaron dos semanas y ella aún no había hecho nada de lo que le habían pedido, así que la subdirectora Lola García se vio obligada a llamar a su madre. Cuando se lo contaron, no dio crédito. Sabía que a su hija le gustaba poco trabajar, pero pensaba que si la ponía a trabajar de jefa, ya le gustaría más. Finalmente para darle una lección, la despidió y le retiró todo el dinero del banco.
Laura se quedó sin un céntimo. Tuvo que irse de su ático y buscarse un lugar más barato donde vivir. Después se fue a dar una vuelta por la calle para buscarse algún trabajo que fuera fácil y en el cual no tuviera que hacer nada. Mientras iba por la calle pensando en sus cosas, vio un anuncio de camarera en un pub. El cartel le recordó viejos recuerdos de cuando montaba grandes fiestas para sus amigos. Ella misma les preparaba los cócteles. Le gustaba mucho hacer esas cosas y además se le daba muy bien.  Así que decidió presentarse a la hora que estaba puesta en el anuncio.
A las nueve en punto se presentó. El amo del bar la miró un par de veces y le dijo: -Ven conmigo.
La llevó detrás de la barra y le puso encima algunas bebidas y un vaso.
-Muéstrame lo que sabes hacer.
Laura empezó a mezclar dos bebidas, puso hielo y una sombrillita. Seguidamente se lo dejó probar.
El chico que parecía bastante joven, de unos 20 años, le dijo: Me ha gustado. ¡Estas contractada! Estuvieron un buen rato charlando. Se hicieron muy buenos amigos.
A las diez empezaron a llegar muchos clientes y Laura no podía estar en veinte sitios a la vez. Miki el dueño del bar, se puso el delantal y la ayudó. Al cabo de un rato, se dio cuenta de que lo estaba haciendo bastante bien y que cada vez se le daba mejor.
Los días pasaban y los dos se hicieron muy amigos. Laura había cambiado. Ya no era tan repelente ni tan creída. Ahora entendía que la felicidad no es tener mucho dinero sin ningún esfuerzo, que lo mejor es labrarte tu futuro, conocer a gente y sobretodo ayudar a los demás.
Al cabo de cinco meses, ella y Miki se enamoraron y se fueron a vivir juntos. Hacían muy buena pareja. Quién le iba a decir que la amistad y el trabajo honrado eran mejor que estar de brazos cruzados.

 Anna Mestre
Sant Jordi


EL SALVADOR DEL BAR

En un pueblo que nadie conoce, solamente sus habitantes, allí nació una criatura. Esa criatura, cuando nació no lloró como todos los demás. Todos pensaron que moriría, pero no fue así, el niño vivió. Con el paso del tiempo el niño fue creciendo y lloró pocas veces, tan pocas que las podría contar con una mano. Él cuando tenía dos o tres años, (hacia travesuras como: subirse a una mesa, a una silla, intentar subir al armario, en fin,  cosas de travieso).
 El padre de ese niño pensaba que su hijo había nacido con valentía, sin temor a nada. Ese niño se llamaba al Jorge. Al paso del tiempo el niño crecía más, fue al cole como todos los demás, sacaba notables y excelentes, vamos que era  un chico muy estudioso. Fue al instituto y sacaba notas altas y dejaba en ridículo el resto de la clase.
 Ese chaval no tenía novia, tampoco quería tenerla. El joven no era muy guapo pero a él le daba igual, a él lo que le interesaba era sacarse los estudios y consiguió su objetivo:   Acabo sacándose los estudios tal y como quería.
A los dieciséis años salió de su pueblo, creyéndose el centro del mundo. Él fue a un bar  para pedir trabajo, al entrar vio que estaban atracando al hombre del bar, vio que el ladrón llevaba una pistola, él no hizo lo que no hace una persona normal hubiese hecho, que era huir, se quedó y saltó al cuello del atracador y lo dejo sin respiración. Con la otra  mano, cogía el dedo del ladrón para que no pulsara el gatillo. Así  consiguió salvarle. Cuando el ladrón estaba inmovilizado, llamaron a la policía y se llevaron al ladrón. El dueño del bar le preguntó a Jorge si podría hacer alguna cosa  para recompensarle a cambio de que le salvara la vida. Jorge dijo:
-Quiero trabajar aquí-
Así fue, lo cogió en el trabajo.
Pasaron los años y él  trabajaba muy bien allí. Un día escuchó por la radio que el ladrón fue liberado, tras pasar unos años en la cárcel. Cierto día volvió el mismo ladrón al bar, el ladrón sacó una pistola y le apuntó a la cabeza  y le dijo:
-Esto por lo de hace años-
El ladrón disparó, cosa que causó la muerte de Jorge. Al entierro, el dueño del bar dijo..
-Este  chaval me salvó la vida y él ahora ha perdido la suya, y no pude hacer nada y le debo mi vida. Juro por dios que encontraré al ladrón que lo mató y también pondré su nombre en el bar-
Tiempo después salió en las noticias que el ladrón murió a causa de  un corte  profundo en el cuello. En la chaqueta del muerto  había una nota que ponía: -Por Jorge-.
El dueño del bar cumplió su promesa y desde ese día el bar pasó a ser llamado San Jorge.
FIN

Jordi Salvador

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada