dimarts, 23 d’abril del 2013

2º ESO Concurso literario de Sant Jordi


                             
El Niño Mago

 Juan era  un niño pequeño, tenía siete años y quería ser mago. Su abuelo tenía una caja de magia y se la regaló para que pudiera entrenar, cuando tenía nueve años ya era muy bueno con la magia y empezó a enseñársela a sus amigos.
Ya cuando tenía trece años empezó a ser mago y consiguió aprender muchos más de lo que él esperaba.
 A los dieciséis años salió de su pueblo creyéndose el centro del mundo de magia. Un día recibió una carta invitándole a un torneo de magia, y claramente aceptó. Cuando se presentó hizo su truco de magia, el más bueno que tenía y quedó en último lugar. Se dio cuenta de que aún tenía mucho que aprender y fue viajando por el mundo. Encontró un mago que en el futuro sería su mejor amigo.
 El mago le enseñó que para que un truco de magia sea bueno tiene que evitar estar nervioso porque la gente descubriría el truco.
 Cuando tenía diecinueve años fue a otro concurso con un  truco nuevo y quedó en tercera posición.
Su amigo mago y él se fueron a otro lugar a aprender de los mejores que están en Nueva York.
 Juan alquiló un piso en el centro de la ciudad y fue a un sitio cuyo maestro era un gran mago. Este  le enseño  todo lo que sabía y se presentó a otro concurso.  Esta vez quedó primero y desde momento no dejó de aprender porque aunque creas que lo sabes todo no sabes casi nada.
Tino 


  La historia de  Miguel

Había una vez un pueblo pequeñito que solamente tenía unos pocos habitantes.
En el pueblo vivía una familia que tenía un hijo llamado  Miguel, de quince años. Sus padres  decidieron que por su cumpleaños (a los  dieciséis años)  le dejarían viajar por  todo el mundo.
 Los padres estuvieron ahorrando dinero para que le pudiese pagar un billete de avión y darle dinero para pagar los hoteles, las comidas… Es decir para los gastos.
El día de su cumpleaños Miguel se levantó no  muy temprano, a les nueve ya que el avión salía a las once.
Miguel se preparó la maleta. Sus padres le dieron el dinero y el billete de avión y a los dieciséis años salía de su pueblo creyéndose el centro del mundo.
 Primero se fue a Inglaterra y aprendió inglés por el camino. Allí conoció a un chico y se hicieron amigos;  él también se apuntó al viaje y los dos se fueron a Italia, donde comieron un montón de pasta italiana. Por último se fueron a París donde Miguel conoció a una chica.  Miguel se enamoró de ella y los dos se volvieron al pueblo. Allí tuvieron un hijo  y este  se marchó igual que su  padre a los dieciséis años.
Las historias se repiten.

Anton Suazo Gil.
2º B.
Curso 2012-13

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