El Niño Mago
Juan era un niño pequeño, tenía siete años y quería ser
mago. Su abuelo tenía una caja de magia y se la regaló para que pudiera
entrenar, cuando tenía nueve años ya era muy bueno con la magia y empezó a
enseñársela a sus amigos.
Ya cuando tenía trece años empezó a ser mago y consiguió aprender muchos
más de lo que él esperaba.
A
los dieciséis años salió de su pueblo creyéndose el centro del mundo de magia.
Un día recibió una carta invitándole a un torneo de magia, y claramente aceptó.
Cuando se presentó hizo su truco de magia, el más bueno que tenía y quedó en
último lugar. Se dio cuenta de que aún tenía mucho que aprender y fue viajando
por el mundo. Encontró un mago que en el futuro sería su mejor amigo.
El mago le enseñó que para que un
truco de magia sea bueno tiene que evitar estar nervioso porque la gente
descubriría el truco.
Cuando tenía diecinueve años fue a
otro concurso con un truco nuevo y quedó
en tercera posición.
Su amigo mago y él se fueron a otro lugar a aprender de los mejores que
están en Nueva York.
Juan alquiló un piso en el centro de
la ciudad y fue a un sitio cuyo maestro era un gran mago. Este le enseño todo lo que sabía y se presentó a otro
concurso. Esta vez quedó primero y desde
momento no dejó de aprender porque aunque creas que lo sabes todo no sabes casi
nada.
Tino
La historia de Miguel
Había una vez un pueblo pequeñito que solamente tenía
unos pocos habitantes.
En el pueblo vivía una familia que tenía un hijo llamado Miguel, de quince años. Sus padres decidieron que por su cumpleaños (a los dieciséis años) le dejarían viajar por todo el mundo.
Los padres
estuvieron ahorrando dinero para que le pudiese pagar un billete de avión y
darle dinero para pagar los hoteles, las comidas… Es decir para los gastos.
El día de su cumpleaños Miguel se levantó no muy temprano, a les nueve ya que el avión
salía a las once.
Miguel se preparó la maleta. Sus padres le dieron el
dinero y el billete de avión y a los
dieciséis años salía de su pueblo creyéndose el centro del mundo.
Primero se fue a
Inglaterra y aprendió inglés por el camino. Allí conoció a un chico y se
hicieron amigos; él también se apuntó al
viaje y los dos se fueron a Italia, donde comieron un montón de pasta italiana.
Por último se fueron a París donde Miguel conoció a una chica. Miguel se enamoró de ella y los dos se
volvieron al pueblo. Allí tuvieron un hijo
y este se marchó igual que su padre a los dieciséis años.
Las historias se
repiten.
Anton Suazo Gil.
2º B.
Curso 2012-13
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